27/4/10

El protagonista no fue el fútbol

Para quien firma esta nota, Néstor Pitana es, después de Héctor Baldassi, el mejor árbitro del fútbol argentino. Sin embargo, en el partido que enfrentó a Estudiantes y a River, el misionero se equivocó en varias jugadas, que lo llevaron a perder de las manos el trámite del mismo. Está claro que el cruce verbal entre Desábato y Ortega tendría que haber sido sancionado, pero para el colegiado no fue así. A partir de allí los hinchas de Estudiantes silbaron al 10 de River cada vez que intervino en alguna jugada y los propios protagonistas se enfocaron más en hablar y pegar que en jugar. En el segundo tiempo debió expulsar a Ortega tras un alevoso pisotón sobre el 2 pincharrata, pero ni él ni su asistente lo vieron. Claramente esta jugada fue una suerte de venganza del Burrito sobre Desábato, que quizás no hubiera tenido lugar si en el primer tiempo se los hubiera amonestado a ambos, pero eso sería conjeturar o hablar sobre supuestos. Lo concreto es que tampoco se sancionó nada en esta jugada, la cual llevó a los jugadores a un mayor descontrol en el campo de juego, prácticamente olvidándose de jugar al fútbol. Minutos más tarde vino la revancha del Chavo, quien barrió desde atrás a Ortega y se ganó finalmente la tan merecida tarjeta amarilla. El desarrollo del partido continuó de la misma manera hasta que en el minuto 41 llegó lo que tanto se veía venir. Lamentablemente no fue un gol, ni una jugada de riesgo, ni un lujo que ofreció alguno de los protagonistas, muy por el contrario, fue una expulsión. La de Daniel Villalva, quien se barrió con los tapones hacia delante sobre la humanidad de Matías Sánchez y fue correctamente expulsado. Sin embargo, quizás llevado por el enrarecido clima que se vivía en el estadio Dr. José Luis Meiszner, un minuto mas tarde Pitana se apuró y le mostró la tarjeta roja a Gustavo Cabral en una jugada que era solo para amarilla. De todos modos, sendas expulsiones no cambiaron para nada el trámite del partido, que ya de por sí era chato tirando a malo.
Quizás justamente por esto último (teniendo en cuenta que se enfrentaban el equipo que mejor juega en Argentina contra el renovado River tras la llegada de Angel Cappa), es que el análisis se centra en el arbitraje de Pitana, quien para mí, a pesar de esta floja actuación, sigue siendo uno de los mejores árbitros de nuestro fútbol.

Matías Moyano

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