4/4/10

Crónica de un final anunciado.

Gimnasia llevaba cuatro partidos sin ganar y en los últimos dos, contra Arsenal y Banfield, no había podido aprovechar sendas derrotas de Rosario Central, que junto con Racing es su rival directo para intentar escaparle a la promoción. Con este panorama poco alentador, el lobo llegaba a la cancha de un San Lorenzo, quizás, mucho más golpeado que el conjunto de Diego Cocca, ya que viene realizando una campaña muy pero muy pobre y la paciencia con su entrenador, Diego Simeone, llegó a su límite ya hace algún tiempo atrás.
Bajo este contexto comenzó el partido, con Gimnasia mejor parado en el campo, siempre intentando jugar el balón por el piso. Así fue como a los 5 minutos se dio una triangulación en ataque en la que Denis Stracqualursi habilitó, sin tocar la pelota (gran cortina) a Sebastián Romero, quien conectó un potente zurdazo que se clavó en el palo derecho del arco defendido por Pablo Migliore, cuya estirada resultó en vano ante la gran colocación del disparo.
Tras el gol, el trámite no varió sustancialmente, el cuadro visitante seguía respetando su filosofía de juego, sólo tiraba pelotazos en los metros finales, para que el colombiano Marco Pérez meta esos piques furiosos a espaldas de los centrales o para que Denis Stracqualursi la aguante de espaldas al arco y pivotee para descargar ante la eventual llegada de algún compañero. De esta manera, generó unas cuantas ocasiones de gol pero sin poder convertirlas, generalmente por deficiencias propias en la definición.
San Lorenzo, bien gracias. Al ciclón no se le caía una idea de juego y para colmo sus jugadores parecían dormidos, estaban perdidos en la cancha y no daban señales que permitieran presagiar una remontada en el encuentro. Recién en los minutos finales el solitario Papu Gómez pudo conducir algunos ataques que no llevaron demasiado peligro al arco rival. La más clara fue un remate desde afuera del área de Menseguez, tras jugada de Gómez, que “Gato” Sessa envió al córner. Así se fue la primera parte del match.
En la segunda, el trámite y el dominio del balón pertenecieron más a San Lorenzo, que con algunos centros y remates de media distancia (tiro en el travesaño de Alfaro) complicó a la visita. Sin embargo, siempre que iba para adelante quedaba mal parado en defensa, lo que le permitió al lobo contar con alguna que otra situación, como el centro de Villar, por ejemplo, que pegó en la mano de Botinelli convirtiéndose en claro penal, no sancionado por el árbitro Diego Abal, de discreta tarea.
Y así terminó el partido, con Gimnasia festejando la obtención de tres puntos vitales para seguir manteniendo intactas las esperanzas en su lucha por zafar de la promoción, y con San Lorenzo yéndose silbado por toda su hinchada (excepto Alejandro Gómez). Bajo este clima hostil, la hinchada no paraba de pedir la cabeza del DT azulgrana, sin olvidarse tampoco del presidente Rafael Savino… Horas más tarde, Guillermo Zoppi, vicepresidente del club, comunicaba a la prensa lo que todos suponían, el final anunciado, la renuncia de Simeone al frente de la dirección técnica de San Lorenzo de Almagro…

Matías Moyano