Pero este Boca no fue el mismo que la semana pasada dio un paso en falso en el bosque platense. O casi.
El local salió decidido a buscar el arco rival y trató de aprovechar la inexperiencia de la joven defensa de San Lorenzo.
En los primeros minutos fue decididamente más que la visita y allí logró quebrar a su rival. Corner tempranero de Riquelme, cabezazo inesperado en el primer palo de Matías Giménez y 1 a 0. No iban ni cinco minutos. Parecía que Boca se abalanzaba con todo sobre el conjunto azulgrana que no lograba articular sus piezas.
Sin embargo cedió en su embestida inicial y se dedicó a manejar la pelota y dejar pasar el tiempo.
San Lorenzo encaró mal el partido de arranque. La inclusión del Chaco Torres por derecha minó las intenciones del Santo en el primer tiempo y no solo no lograba recuperar el balón sino que no tenía salida por ese costado. Si Boca hubiese anotado algún gol más, nadie podría haberse quejado.
Para la segunda parte, Méndez entendió que necesitaba juego y mandó a la cancha a Menseguez por Torres. Arriba el ex Wolfsburgo y el Papu de volante por la derecha. El visitante se adelantó en el campo y trató de poner a Boca contra su arco. El problema es que no supo como. Porque era todo forzado. Tuvo sus chances, pero siempre había un defensor adelante para ensuciar la jugada. La única clara que tuvo fue el indiscutible penal de Medel que tocó la pelota con la mano y que Favale dijo no haber visto.
Así y todo, Boca supo zafar del atosigamiento rival y de a poco empezó a jugar. Sin ser brillante ni mucho menos, comenzó a manejar la pelota.
El tanto de Palermo sirvió para darle una ventaja que se justificaba en la primera parte pero no en la segunda. Ese gol desmoronó al equipo del Gallego y revitalizó a Boca que terminó tocando pero sin profundidad.
Una victoria que sirve para sumar y terminar el torneo de la mejor manera. Para San Lorenzo fue un paso atrás en su recuperación.
Mariano Puppo
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