Sorpresivo y silencioso

No fue una mala campaña. Y más teniendo en cuenta que en las primeras seis fechas de este campeonato ya había perdido cuatro partidos, incluido el clásico. Sin embargo lo supo levantar. A base de esfuerzo, garra, corazón y sufrimiento. A lo Racing en definitiva.
Porque de esto se trata la Academia. Hace casi un lustro de años que viene peleando en la parte baja de la tabla y encima tuvo que soportar el hecho de haber jugado la Promoción con un equipo proveniente de la B Nacional. Pero lo remontó. La llegada de Miguel Angel Russo resultó fundamental y el equipo adquirió otro carácter para asumir sus compromisos. Claro que tampoco todas fueron rosas. Jugó con la presión de estar peleando por salvarse de todo y hubo momentos en que parecía que el fantasma de la Promo invadiría nuevamente los corazones racinguistas.
Sin embargo, en el tramo final enderezó el rumbo. Se mostró firme en sus intenciones, ganó partidos clave (en Tucumán ante Atlético era una verdadera final) y así tuvo su recompensa. Terminó con unos inimaginables 29 puntos que le sirven para arrancar la próxima temporada más aliviado y pensando, porque no, en pelear bien arriba. Como su historia lo indica. Como su gente lo quiere.

Mariano Puppo