Verón no terminaba de cerrar a la derecha (en realidad no quedó claro quien debió hacerlo) y el Galgo sufrió bastante por su sector. Por suerte para él, Nigeria nunca tuvo ideas claras de cómo llegar al arco de Romero.
Claro que se generó peligro y mucho. Hubo movilidad, llegada y explosión en ataque cuando el encuentro lo requería. Existió una idea clara de juego y fue importante que la estrella del Barcelona estuviera metido ciento por ciento en el partido.
Mas allá de que el gol fue de pelota parada (aquí nadie puede discutir que hay un trabajo importante), se pudieron haber convertido dos o tres goles más y nadie podría haber dicho nada en absoluto.
Será necesario repensar como equilibrar al equipo, ya que partidos como el de ayer no suelen repetirse. Los surcoreanos no son los mismos ingenuos de México ´86 y seguramente aprovecharán su dinámica para lastimar al equipo albiceleste.
Mariano Puppo
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